La memoria altera la realidad tal como fue vivida y tiende a pulir todas sus asperezas: lo que fue negativo se desvanece, dejando solo un recuerdo tibio o incluso feliz, mientras que lo positivo a veces se olvida por completo. En general, la memoria hace que el pasado parezca más amable, lo que explica por qué es más fácil perdonar a medida que pasa el tiempo. Sin embargo, esta alteración de los recuerdos es problemática porque afecta nuestra capacidad para tomar buenas decisiones. Si idealizas a alguien que conociste hace un año, podrías alimentar toda una serie de fantasías sobre esa persona, cuando en realidad la gente cambia muy poco. El tiempo tiene la ventaja de revelar la verdadera naturaleza de alguien, a menudo la que percibiste desde los primeros momentos del encuentro.
La Gente No Cambia: Cambia Tu Percepción
Dado que la memoria tiende a endulzar los recuerdos, es importante establecer mecanismos que te ayuden a recordar tu percepción inicial —fruto del contacto directo—, que rara vez se equivoca. Como la distancia en el tiempo y el espacio tiende a borrar todo, mantener viva tu percepción de la realidad tal como la viviste es esencial.
La Importancia Del Diario
Una forma simple y atemporal de recordar la realidad tal como la percibiste en un momento dado es escribir con regularidad sobre tu vida cotidiana, especialmente sobre los momentos clave. Los diarios personales cumplen esa función porque no mienten. Aunque tu memoria modifique tu percepción, siempre estarás más cerca de la verdad si acostumbras a escribir y releer esos textos escritos en momentos precisos.
La Elevación De La Conciencia
Un sesgo importante no reside tanto en el paso del tiempo como en la elevación de la conciencia personal. Al envejecer, tendemos a madurar y a reinterpretar los acontecimientos bajo una nueva luz. Cuanto más se expande tu conciencia, más diferentes pueden parecer los momentos pasados; no son los demás quienes cambian, sino tú. En este sentido, es alentador cambiar de opinión a veces, ya que es señal de una mayor sabiduría. Sin embargo, esta evolución no debe hacerte olvidar que, por lo general, tu percepción de la realidad es más precisa cuando la enfrentas directamente que cuando la analizas retrospectivamente, incluso si has alcanzado un mayor nivel de conciencia.
No Esperes Que La Gente Cambie
La mejor fuente de esperanza para mejorar tu relación con los demás es, en definitiva, cambiarte a ti mismo. Es más razonable intentar elevar tu conciencia que esperar un cambio profundo en los otros. Cuando eliminas el peso del deseo de cambiar a los demás, recuperas el control, porque te concentras en los elementos que realmente puedes cambiar: tú mismo.
Ejemplo: Cómo Enfrentar La Mala Fe
Una parte importante de la población actúa con mala fe. Este rasgo tiene sus razones. Intentemos comprender primero sus causas para encontrar una forma de contrarrestarlo.
La Mala Fe Como Otra Forma De Mentira
¿Por qué miente la gente? Hay decenas de razones que podrían explicarlo. Si tuviera que elegir una común, diría que es por falta de valor. Decir la verdad implica asumir las consecuencias de los propios actos y decisiones. Mentir es un atajo que permite eludir responsabilidades y engañar a los demás. Cuando mientes, te niegas a hacer el esfuerzo necesario para afrontar la verdad.
Mentir parece más cómodo porque te mantiene en una realidad paralela que no exige actuar, solo hablar. La mala fe puede considerarse otra faceta de la mentira. Quienes la practican a menudo no se dan cuenta de que viven en la negación. No han hecho el esfuerzo necesario para verse con claridad y viven, por tanto, en una especie de espejismo.
La Mala Fe Como Resultado De Un Hábito
Como suele ocurrir, los malos rasgos de carácter se desarrollan con el tiempo, normalmente a partir de hábitos adquiridos desde la infancia. Un factor que puede fomentar este defecto es un entorno familiar permisivo. Cuando al menos uno de los padres actúa con mala fe de manera reiterada, da un mal ejemplo a sus hijos y les autoriza indirectamente a comportarse igual. Saber esto ya ayuda a soportar mejor la mala fe, pues no elegimos el entorno familiar en el que crecemos.
Relativiza Pensando En Lo Peor
Cuando alguien te exaspera con su mala fe descarada, una manera sencilla de calmarte es pensar en situaciones mucho peores que no te han ocurrido y sentir gratitud por ello.
Imagina que tu hermana es una persona de gran mala fe. Podrías lamentar esa situación, pero si te dijeras que podría haber sido discapacitada o que un incendio podría haber destruido tu casa, preferirías tener una hermana simplemente de mala fe. Todo parece trivial cuando se pone en perspectiva la muerte o la desgracia. Mantener presente una realidad más oscura te permitirá afrontar las situaciones con mayor serenidad.
Los Defectos De Los Demás Reflejan Los Tuyos Propios
Es normal ver defectos en los demás. Esta observación debería servir como espejo para cuestionarte tus propias faltas. Aunque los demás no estén dispuestos a hacer esa autocrítica, es bueno que tú la hagas: no puedes pedir a los otros que hagan lo que tú mismo no estás dispuesto a hacer.
El Mundo Es Grande: No Te Quedes Con Quienes No Te Corresponden
Comprar es votar, ¿no es así? Cuando entregas dinero a una empresa a cambio de un producto o servicio, ese dinero ya no va a una empresa competidora. Por eso, cada compra se hace en detrimento de otra cosa.
Si compras productos de una empresa que explota a los niños, inevitablemente estás perjudicando a otra que respeta normas éticas y ofrece productos similares.
En las relaciones ocurre algo parecido: tu voto es tu tiempo. La energía y el tiempo que dedicas a alguien sin valor se hacen a costa de alguien honorable y digno. Debes actuar con discernimiento, recompensando a las buenas personas con el tiempo que les dedicas.
Evalúa Las Señales
Cuando hablas con alguien, puedes ver rápidamente cuánto te valora. No subestimes las muestras de desprecio. Mantén siempre una forma de reciprocidad. Si alguien te menosprecia o te ignora, no dudes en alejarte.
Recuerda que el tiempo que pasas con personas mediocres de carácter siempre se hace en detrimento de aquellas de gran valor. En muchos casos, la soledad es preferible, pues estar solo significa pasar tiempo con alguien a quien debes querer: tú mismo.
Sé una persona de gran calidad, de modo que siempre tengas la posibilidad de pasar tiempo con alguien bueno, incluso si quienes te rodean no lo son. Cuando alguien te falte al respeto o te descuide, sé firme: castígalo con tu ausencia. Los demás deben entender que eres valioso y que tu desaparición de sus vidas sería una gran pérdida.
